Es improbable que un sistema pueda evitar completamente
el acceso no
autorizado a los medios de transmisión. Una forma más práctica de proteger la información es alterarla para que solo el receptor autorizado pueda entenderla Modificar los datos no es nada nuevo, ni es único de la era informática. De hecho los esfuerzos para hacer la información ilegible a los receptores no autorizados datan de Julio Cesar citado de:
autorizado a los medios de transmisión. Una forma más práctica de proteger la información es alterarla para que solo el receptor autorizado pueda entenderla Modificar los datos no es nada nuevo, ni es único de la era informática. De hecho los esfuerzos para hacer la información ilegible a los receptores no autorizados datan de Julio Cesar citado de:
“http://www.dma.fi.upm.es/java/matematicadiscreta/aritmeticamodular/cesar.html”.
Existen dos grandes grupos
de cifras: los algoritmos que usan una única clave tanto en el proceso de
cifrado como en el de descifrado, y los que emplean una clave para cifrar
mensajes y una clave distinta para descifrarlos. Los primeros se denominan
cifras simétricas, de clave simétrica o de clave privada, y son la base de los
algoritmos de cifrado clásico. Los segundos se denominan cifras asimétricas, de
clave asimétrica o de clave pública y forman el núcleo de las técnicas de
cifrado modernas.
En el lenguaje cotidiano, la palabra código se usa de forma indistinta con cifra. En la jerga de la criptografía, sin embargo, el término tiene un uso técnico especializado: los códigos son un método de criptografía clásica que consiste en sustituir unidades textuales más o menos largas o complejas, habitualmente palabras o frases, para ocultar el mensaje; por ejemplo, "cielo azul" podría significar «atacar al amanecer». Por el contrario, las cifras clásicas normalmente sustituyen o reordenan los elementos básicos del mensaje -letras, dígitos o símbolos-; en el ejemplo anterior, «rcnm arcteeaal aaa» sería un criptograma obtenido por transposición. Cuando se usa una técnica de códigos, la información secreta suele recopilarse en un libro de códigos.
En el lenguaje cotidiano, la palabra código se usa de forma indistinta con cifra. En la jerga de la criptografía, sin embargo, el término tiene un uso técnico especializado: los códigos son un método de criptografía clásica que consiste en sustituir unidades textuales más o menos largas o complejas, habitualmente palabras o frases, para ocultar el mensaje; por ejemplo, "cielo azul" podría significar «atacar al amanecer». Por el contrario, las cifras clásicas normalmente sustituyen o reordenan los elementos básicos del mensaje -letras, dígitos o símbolos-; en el ejemplo anterior, «rcnm arcteeaal aaa» sería un criptograma obtenido por transposición. Cuando se usa una técnica de códigos, la información secreta suele recopilarse en un libro de códigos.
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